" A los trece años era tan bajito que tenía que subirse a una caja para llegar a la máquina que debía manipular en su trabajo ".Esta es la historia de un niño que sobrevivió a un destino terrible gracias a un acto de bondad.
Leon Leyson nos habla de su infancia en Polonia, de la invasión nazi y de la vida en el gueto. Su inclusión en la famosa lista no hubiese bastado para garantizar su supervivencia de no ser por las órdenes explícitas de su benefactor: Schindler quiso que aquel niño desnutrido, que tenía que subirse a una caja para poder trabajar, recibiera una ración extra de comida. Con el final de la guerra no acabaron los sinsabores: Leyson conoció la amargura de los campos de refugiados hasta que consiguió emigrar a California. Pero no hay ni rastro de rencor en sus palabras: su testimonio es una historia de esperanza y un tributo a lo mejor del espíritu humano. Esta es una historia pesarosa, objetiva y a pesar de todo, ilusionante que narra en primera persona las experencias de Leon Leyson ( el superviviente más pequeño de la lista de Oscar Schindler) en la terrible época del Holocausto. Pese a la abundancia de historias que circulan por ahí sobre una de las catástrofes más penosas de los anales de la historia, el que sea Leon en primicia quién nos cuente: su lucha, su afán de supervivencia, el no rendirse jamás y no perder el ansia de reunirse con los suyos lo transforma en una historia personal única y sobre todo al compartir con todos nosotros sus experencias un legado extraordinario y único que pervivirá a lo largo de los años y no caerá en el olvido de tantas otras historias. Es un libro sencillo, claro y fácil de leer reflejo de las penurias a las que fueron sometidos los judíos. Lamentable el autor y protagonista no pudo ser testigo de la publicación del emocionante relato por su muerte acaecida poco antes de la publicación.
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